Este próximo fin de semana se cumplirán los 100 primeros días desde que el pasado 8 de agosto, Salvador Illa, consiguiese los votos suficientes en el Parlament de Catalunya para ser proclamado nuevo Molt Honorable President de la Generalitat.
La realidad catalana es hoy la de una sociedad diversa y plural y, para muestra, el hecho que junto a las lenguas oficiales del catalán y el castellano (y regionalmente el aranés), según el Institut d’Estadística de Catalunya existen también en la actualidad miles de personas residentes en el territorio catalán que tienen una multiplicidad de otras lenguas como el árabe, rumano, chino, francés o alemán, entre muchas otras, como su primera lengua https://www.idescat.cat/indicadors/?id=basics&n=10364&col=1
Esto último es especialmente relevante dado que, según un estudio de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona publicado años atrás en Frontiers in Psychology, bajo el título “The way you say it, the way I feel it: emotional word processing in accented speech”https://www.frontiersin.org/journals/ psychology/articles/10.3389/fpsyg.2015. 00351/full, los autores demostraron cómo el procesamiento de palabras emocionales varía cuando se escuchan en el idioma nativo de una persona frente a un idioma extranjero. Es decir, el procesamiento emocional es más profundo en la lengua materna, donde la familiaridad lingüística y cultural amplifican la carga afectiva de las palabras. Hasta el punto que la carga emocional tampoco será la misma si, quién te habla en tu mismo idioma, lo hace con un acento extranjero.
Ante esta tesitura, irrumpe el potencial (inmenso) de la Inteligencia Artificial (IA), también aplicado a campos como los del reconocimiento de voz, procesamiento del lenguaje natural, text-to-speech o incluso ajustes de entonación.
La confluencia de todas ellas abren una batería sin parangon de múltiples oportunidades ya en los inicios de esta nueva época que ha llegado para quedarse.
Aplicado a los ámbitos que nos compite, los potenciales son exponenciales.
Con carácter interior, en aquellos países o regiones donde convivan múltiples lenguas, ya existe la fórmula para poder conectar de un modo más efectivo con todos esos destinatarios potenciales.
Es de esperar que a medida que avance el desarrollo tecnológico, eso ocurra, también, con aquellas lenguas más regionales o minoritarias.
Pero vamos más allá. En un mundo hiperconectado, de repente un mensaje dirigido a una audiencia internacional, podrá ofrecerse en ese mismo idioma.
Es obvio que ello captará una mayor atención de todo destinatario. Ya sea para trasladar comunicados de fraternidad que faciliten nuevas posibilidades de colaboración, atracción de nuevas empresas e inversión, llamado a profesionales de otros países o incluso para abrir toda una nueva fase en los conflictos internacionales.
A las posibilidades, se le suman los riesgos y los retos. Que no son pocos. Sin ir más lejos, el conocido historiador israelí, Yuval Noah Harari, autor de obras como Sapiens o recientemente Nexus, incide en alusión a esta última referencia a riesgos como “los algoritmos ya han matado a gente” https://www.lavanguardia.com/cultura/20240903/9907895/yuval-noah-harari-nexus-sapiens-inteligencia-artificial-trump-israel-palestina.html, “la IA es peligrosa porqué no es una herramienta, es un agente” https://www.europapress.es/cultura/libros-00132/noticia-yuval-noah-harari-alerta-ia-nexus-ia-peligrosa-porque-no-herramienta-agente-20240916192657.html o “hay un potencial totalitario en la IA nunca antes visto” https://www.eldiario.es/tecnologia/yuval-noah-harari-hay-potencial-totalitario-inteligencia-artificial-visto_1_11666055.html
Los retos, no se quedan atrás. A la obra de ejemplo que acompaña el presente escrito aprovechando el simbolismo de los 100 primeros días del President Illa, podemos apreciar como la IA aún no es perfecta. Aún no traduce con carácter literal en su totalidad y puede generar algún que otro error. Pero, cómo podrá haber apreciado el lector, no sólo está traduciendo un idioma. Sino que las tecnologías en IA ya están dando pasos de gigante del procesamiento del lenguaje natural al text-to-speech y, con ello, a su última derivada que resultaría la “entonación”.
Así pues, la balanza entre el potencial y los retos que depara el desarrollo de la IA, se mantiene por ahora en un complejo equilibrio. Pero en esa misma dirección, hay algo que resultará difícil de rebatir. A medida que el desarrollo de la IA siga avanzando y consiga operar con instantaneidad con mayor perfección, cambiarán por completo la forma en que los seres humanos nos hemos relacionado o podido relacionar hasta la actualidad.