González y Noboa: en busca del liderazgo propio

En menos de un mes, la correísta Luisa González y Daniel Noboa, se volveran a encontrar en las urnas, en medio de un contexto marcado por la violencia.

En el terreno tenemos opciones contrapuestas, Luisa González (quien obtuvo un 33%) en la primera vuelta es la propuesta correista de la Revolución Ciudadana. Se define de izquierda progresista, aunque tanto el partido como la candidata, han mostrado siempre una postura conservadora en temas como el matrimonio LGBTI y el aborto por violación. Noboa, por su parte, se define de centro derecha, a pesar de que la alianza Acción Democrática Nacional que lo auspicia se perfila de izquierda. Este próximo 15 de octubre, uno será elegido presidente.

El correísmo usa a su favor su fortaleza territorial, haciendo valer las 48 alcaldías que obtuvieron en las elecciones regionales de febrero, incluidas las ciudades más grandes del país, Quito y Guayaquil. Además, captaron un importante espacio con las prefecturas que lideran las provincias.

El reto estratégico de ambas campañas es intentar mostrar liderazgo propio. Luisa González debe mostrar que será capaz de impulsar los cambios que propone sola, sin la sombra de correa. Por ello, la estrategia de la primera vuelta, con el eslogan de “antes estábamos mejor” y “ya lo hicimos”, en el que se destaca más la imagen y voz de Correa, no le darían los números para alcanzar la Presidencia. En este sentido, la campaña de González ha recalibrado su mensaje a “Por el bien de todos”.

El correísmo tiene dos retos principalmente. Primero, y más importante, equilibrar la balanza ante el voto anticorreista, que ya le jugó en contra a Andrés Arauz en las pasadas elecciones. Segundo, buscar subir su techo de votación entre los jóvenes y los indecisos. González sabe que la figura de Correa genera rechazo en parte de la población. En los últimos días la candidata ha ido mostrando su lado más personal y cercano, con un lenguaje más juvenil y un discurso dirigido a ese segmento poblacional.

Daniel Noboa (con un 23% de los votos en la primera vuelta) tiene el legado de su padre, Álvaro Noboa, quien llegó tres veces a la segunda vuelta de las cinco ocasiones que se postuló a la Presidencia. Por tanto, la ciudadanía tiene familiaridad con el apellido Noboa.

La inseguridad es el tema clave, pero ninguno de los candidatos representa el imaginario de mano dura en la lucha contra la inseguridad. Por ello, ambos candidatos se van a centrar en destacar sus fortalezas. En el caso de Noboa, la economía y el empleo, y González, en el frente social.

El voto del próximo 15 de octubre será altamente emocional ante el miedo. Generar certidumbre en medio de un escenario altamente complejo será clave en esta recta final.