El inicio del siglo XXI ha venido acompañado a cada nueva década por una gran crisis global sin precedentes. Cuando la ciudadanía vislumbraba un escenario de estabilidad, irrumpía un nuevo revés de magnitudes insospechadas que alteraba todo status quo. Así ocurrió con la crisis financiera del 2008, y así ha vuelto a ocurrir en 2020.

En el inicio de un nuevo período que nos conducirá hasta el 2030, vivimos una clara etapa de marcados contrastes y poco espacio para la indefinición. El grueso de la ciudadanía está agotada, y en ese escenario, se necesitan respuestas claras, propuestas factibles y, sobretodo, referentes creíbles que las puedan implementar.

La democratización de los canales de información, la exposición pública como en ningún momento antes en nuestra historia, y la interdependencia de actores eintereses cada vez mayores en un mundo interconectado, se traducen en un escenario de política líquida. Volatilidad, incertidumbre y desafección que rompen con cualquier paradigma vivido por las generaciones anteriores.

Ante esta realidad, toda vocación de actuación ante la esfera pública exige la máxima preparación política e institucional. Por ello, el rediseño de la lógica electoral a partir de los datos y la inteligencia artificial, la profesionalización de los máximos dirigentes y equipos con altas responsabilidades de gobernabilidad, y la implementación de nuevos métodos disruptivos para la toma de decisiones, son recursos que nadie en el sector debería obviar.

Esa es la misión de Political Victory Group. Liderar la consultoría política para la alta dirección del siglo XXI.